lunes, 13 de julio de 2009

EL DIAGNÓSTICO. ESE TERRIBLE MAZAZO


Mi neurólogo, que además de amigo y compañero de fatigas en la bicicleta, es también familiar mío, sin rodeos ni drama, cosa que le agradezco, me sienta frente a frente y me confirma la enfermedad. La situación tampoco es fácil para él por lo que nos une.
Tengo la mielina dañada en la T5 y otras 4 placas inactivas a nivel cervical y cerebral. El mazazo es tremendo y tardo unos segundos en reaccionar. Debe ser un sueño, no está hablando de mí, siento un hormigueo en la nuca y me rondan imágenes en las que estoy postrado en una silla de ruedas con los huesos retorcidos.
Mi neurólogo no para de hablar para tranquilizarme, para transmitirme conocimiento y sobre todo para darme esperanzas. La enfermedad, hoy en día, es incurable, pero, excepto en el peor de los casos, se puede vivir de una manera “normal”.
Es el peor día de mi vida. Mi mujer, entonces todavía mi novia, está a 200 kms de distancia y la llamo en la misma puerta del hospital. No me sale la voz y decírselo ha sido lo más duro y difícil que he hecho en mi vida.
A lágrima viva conduzco hasta casa, pensando en mis hijos y en mis padres y no encuentro consuelo ante la noticia que tengo que darles. Tan duro va a ser para ellos como para mí y aún siento más desesperación e incluso sentimientos de culpabilidad.
Mis padres reciben la noticia con absoluta sorpresa, pues les había ocultado mi visita al hospital y los síntomas que tenía. Lágrimas y más lágrimas y de inmediato mensajes de fortaleza. Las enfermedades en casa las tenemos a lo grande, porque no nos andamos con chiquitas. Ya que nos ponemos, lo hacemos bien. Mi madre ha superado un cáncer de mama, mi hermano mayor lo ha hecho con un Linfoma de Hodking y yo voy a superar la EM (sí ya sé que hoy es incurable, pero ¿y mañana,…?).
Con mis hijos he procurado que no se note y les oculto mis síntomas todo lo posible. Mi niña, la mayor, tarda en convencerse de que mi vida va a seguir siendo normal, porque la imagen generalizada que se tiene de un enfermo de esclerosis es la de una persona postrada, discapacitada, inmovilizada,... nada más lejos de la realidad. No he querido coger la baja laboral, aún estando el brote en plena ebullición, y salimos en bicicleta todos los días.

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